Esta disciplina que nace en nuestro país con la Ley Federal de Educación, sigue siendo una disciplina que se construye y reconstruye a partir de las experiencias que se da no sólo en los ámbitos de formación docente, de discusiones entre expertos, sino que se constituye desde las aulas.
La identidad que para muchos es desconocida, ha ido fortaleciéndose a través de pasos firmes. No hace tanto tiempo… tan solo toda la historia de la humanidad, ha sido atravesada por esta llamada “Tecnología”, y cuanto más pensamos en ella, más comprendemos que sin su abordaje desde lo educativo, mal podemos hacerla consciente para que no sean otros quienes nos lleven a ciegas por senderos con propósitos no tan claros.
Surge hoy una vez más el debate acerca de la pertinencia de un campo disciplinar denominado Educación Tecnológica, y me pregunto, qué nos pasa a los seres humanos que sumidos en un entramado socio-técnico, dudamos acerca de la importancia de esta disciplina para la formación de un ciudadano comprometido con su entorno, responsable del medio en el que habita y hacedor de piezas que se suman, desde lo cotidiano hasta lo más ajeno y lejano, a un mundo tecnológico.
No basta con decir a la ciudadanía que Educación Tecnológica no es educación para el trabajo, ni actividades prácticas, ni, ni…, ahora también debemos plantear posturas epistemológicas que hacen que también digamos que no es Ciencias de la Computación. Será que somos tan ingenuos de considerar que el mundo se circunscribe a la computación, que no debemos pensar en qué acciones nos están llevando a despedirnos paulatinamente de este, nuestro planeta’?, será que entender que el pensamiento computacional es más abarcativo que el pensamiento tecnológico no nos deja un sabor a querer más. Mientras que el primero responde a lógicas algorítmicas, desde las cuales no pueden ser comprendidas muchas de las problemáticas sociotécnicas, el pensamiento tecnológico nos abre el camino hacia infinitas posibilidades de entender esa red de relaciones, ese complejo socio-técnico que no empieza ni termina en la computación, sino más bien en cómo nos concebimos como seres humanos trasformados por la tecnología y transformadores de ésta.
Quiero pensarte desde las herramientas cognitivas que me has dado y no desde una racionalidad instrumental, artefactual, en la que el pensamiento se reduce a una secuencia de pasos a seguir. Qué pasa si pienso en tí Educación Tecnológica como el verdadero espacio para ser cada vez más humana, dejando de lado el interés de unos pocos para reducir tu grandeza a los sesgados intereses de cómo decía Litwin, convierten la educación en el espacio propicio para mercantilización de la cultura.
Para cerrar les comparto este fragmento de ENSEÑANZA E INNOVACIONES EN LAS AULAS PARA EL NUEVO SIGLO de Edith Litwin (1997)
Las modernas tecnologías pueden resolver muchas de nuestras preocupaciones respecto del conocimiento en tanto representan poderosas herramientas de resolución de las comprensiones y pueden tender mejores puentes entre el conocimiento disponible y las actuaciones necesarias para su utilización. Pero no se trata de que los últimos desarrollos de la tecnología, como luces de colores, vayan a resolver estas cuestiones. Las nuevas tecnologías impactan la cultura de todas las sociedades, desde los sectores más ricos hasta los más carenciados y marginales. En cualquiera de las situaciones, el uso de la tecnología puede implicar la implementación de excelentes propuestas para la resolución del acceso al conocimiento o la utilización de otras empobrecedoras. En todos los casos, nuestros desafíos en el sistema educativo tienen que ver con la elección de las prácticas que rompan los ritos y den cuenta del compromiso que asume cotidianamente el y la docente a fin de que los alumnos aprendan en el vertiginoso mundo contemporáneo, comprometidos en la recuperación de una enseñanza solidaria en los difíciles contextos de la práctica cotidiana.
Alejandra Camors
Epistemología, Investigación, Ciencia y Tecnología en Educación 